lunes, 14 de marzo de 2011

Resignación.

Algo tan difícil y doloroso para todos como la “resignación” y quien diga que para el o ella no lo es, miente, porque todos en algún momento perdemos algo que nos duele.

Te resignas a perder una cartera, una chaqueta, un collar … cosas materiales o sin ningún valor sentimental detrás y que bueno al fin y al cabo se puede reemplazar.

Pero, y si hablamos de un ¿familiar, amigo, mascota u objeto especial?
Cuando tienes una perdida inevitable, nos cuesta mucho superarlo pero la razón te ayuda a entender que no hay nada que hacer, solo te quedan los recuerdos y aprender a soportar tal resignación.
Todo cambia cuando es la perdida de algo o alguien que sabes que esta ahí pero por cualquier motivo que haya sucedido no puedes acceder a eso o a ella, incluso cuando es la persona quien no quiera saber más de ti...
Es ahí cuando “sufres” y te vuelves loco pensando en ¿Hasta cuándo? O intentando olvidar simplemente.

Esta es la peor parte sin duda, porque cualquier cosa que veas, hagas u oigas te hace recordar y volver a caer en lo mismo; No eres capaz de aguantar la resignación de que se acabo y pasar página, quieres seguir pensando que con el tiempo quizás las cosas puedan cambiar y muchas de las veces pierdes el tiempo buscando maneras para conseguirlo.

“Desde mi punto de vista, yo soy de las que ¡Si puedo, no paro! Intento buscar alguna manera para volver a lograrlo”

..No soy amiga de la resignación pero
se que debo aceptarla en su momento..

No hay comentarios:

Publicar un comentario