viernes, 18 de noviembre de 2011

Escucha ...

A veces nuestro mayor fallo es pensar demasiado las cosas antes de hacerlas.
Nos enseñan a meditar las cosas una y otra vez pero no nos avisan de que hay momentos en los que actuar vale mas que pensar.

Momentos en los que debería cerrar los ojos y escuchar lo que me dice el corazón, luego abrirlos y actuar sin pensar... Porque cuando me decido hacerlo llego tarde, y ya no solo escucho un corazón dolido, escucho un alma arrepentida.

El querer y no poder, porque algo dentro de ti te lo impide.

Hacer daño a alguien que quieres incondicionalmente, hacerle sufrir o simplemente herirle... Porque no eres capaz de asumir lo que sientes, por miedo al después o simplemente por haber pensado demasiado.. Es un dolor penetrante y agudo! Un dolor que no se va y que lo acompaña la culpa...
Un dolor que no se va fácilmente, porque es una herida mas de guerra que durara dentro de ti, el tiempo que tu la recuerdes, el tiempo que eches de menos lo que querías y el tiempo que sigas arrepentida de ello.

Porque decir te quiero No es fácil pero tampoco imposible, porque el demostrarlo no es cosa de valientes si no de sinceros ...
En los cuentos de hadas, todo termina bien al final, todos terminan diciendo te quiero, y todos terminan con el ser deseado; pero en la vida real los príncipes azules no existen, la persona que mas deseas no viene a ti por un hechizo y la palabra te quiero no aparece escrita en el cielo entre las nubes...
Sin embargo, en la vida real la palabra te quiero se puede leer en casi cualquier lugar, en distintas letras y colores, la persona que mas deseas has de conseguirla tu y sin ayuda del duende mágico y los príncipes azules no existirán pero llega una etapa de cada persona, en la que en su vida aparece un príncipe o una princesa, " esa persona ideal", una persona que de tan especial que se vuelve, nos asusta, por ello sentimos miedo asumir lo que sentimos, por lo que tendemos a perder quizás una de las mejores cosas que haya pasado en tu vida, por un simple miedo "escénico" de tu propia verdad.

¿Realmente vale la pena perder a tu príncipe o princesa por no saber escuchar tu corazón y no dejarlo actuar? 




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