viernes, 19 de agosto de 2011

Mentiras que acabamos creyendo

Cada mañana tengo que convencerme de cosas que no estoy segura si quiero creer. Tengo que repetirme cientos de veces, una y otra vez, cosas que ni siquiera creo. Tengo que reprimir mis verdaderos pensamientos, esos que salen fácilmente sin mayor esfuerzo.

¿Y para qué? No lo sé, para no caer, supongo. Para sentir que soy capaz, para sentir que puedo, para intentar cambiar. ¿Porque de qué otra manera la gente logra cambiar si no es repitiéndose una y otra vez lo que se niega a creer?

Todo va a estar bien...

Todo va a cambiar...

Tú puedes con esto...

Sí... ¿verdad?

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